Georges Brassens -Concurrence déloyale- |
mardi, décembre 12, 2000 |
Concurrence déloyale Georges Brassens (1921-1981)
Il y a péril en la demeure, Depuis que les femmes de bonnes mœurs, Ces trouble-fête, Jalouses de Manon Lescaut, Viennent débiter leurs gigots A la sauvette.
Ell's ôt'nt le bonhomm' de dessus La brave horizontal' déçue, Ell's prenn'nt sa place. De la bouche au pauvre tapin Ell's retir'nt le morceau de pain, C'est dégueulasse.
En vérité, je vous le dis, Il y en a plus qu'en Normandie Il y a de pommes. Sainte-Mad'lein', protégez-nous, Le métier de femme ne nou- rrit plus son homme.
Y a ces gamines de malheur, Ces goss's qui, tout en suçant leur Pouc' de fillette, Se livrent au détournement De majeur et, vénalement, Trouss'nt leur layette.
Y a ces rombièr's de qualité, Ces punais's de salon de thé Qui se prosternent, Qui, pour redorer leur blason, Viennent accrocher leur vison A la lanterne.
Y a ces p'tit's bourgeoises faux culs Qui, d'accord avec leur cocu, Clerc de notaire, Au prix de gros vendent leur corps, Leurs charmes qui fleurent encor La pomm' de terre.
Lors, délaissant la fill' de joie, Le client peut faire son choix Tout à sa guise, Et se payer beaucoup moins cher Des collégienn's, des ménagèr's, Et des marquises.
Ajoutez à ça qu'aujourd'hui La manie de l'acte gratuit Se développe, Que des créatur's se font cul- buter à l'œil et sans calcul. Ah ! les salopes !
Ell's ôt'nt le bonhomm' de dessus La brave horizontal' déçue, Ell' prenn'nt sa place. De la bouche au pauvre tapin Ell's retir'nt le morceau de pain, C'est dégueulasse.
Competencia desleal
Nada se pierde por esperar, Desde que las mujeres de buenas costumbres, Esas aguafiestas, Envidiosas de Manon Lescaut, Acuden a vender sus piernas Como vendedoras ambulantes.
Ellas quitan a los buenos hombres de encima de La buena horizontal decepcionada, Ellas ocupan su lugar. A la pobre ramera Ellas le quitan el pan de la boca, Es repugnante.
En verdad, os lo digo, Hay más como esas que en el mar Hay agua. Santa Magadalena, protégenos, El oficio de la mujer no alimenta Ya a su hombre.
Están esas muchachillas desgraciadas, Esas chiquillas que, chupandose todavía el dedo Como niñitas, Se entregan a la corrupción De mayores e, interesadamente, Remangan sus pañales.
Están esas viejas señoronas, Esas chinches de salón de té Que se prosternan, Que para, reverdecer viejas glorias, Pasean sus abrigos de visón A la luz de las farolas.
Están esas burgesitas con el culo de relleno Que, de acuerdo con su cornudo, Pasante de notario, Venden al por mayor su cuerpo, Sus encantos que huelen todavía A patatas.
Entonces, abandonando a la prostituta, El cliente puede elegir Comodamente, Y pagar mucho más barato A colegialas, amas de casa, Y a marquesas.
Unid a esto, que hoy día La costumbre de hacerlo gratis Se está extendiento, Que las criaturas se dejan revolcar De balde y desinteresadamente. ¡Ah! ¡Las muy guarras!
Ellas quitan a los buenos hombres de encima de La buena horizontal decepcionada, Ellas ocupan su lugar. A la pobre ramera Ellas le quitan el pan de la boca, Es repugnante.
Versión de JesusLibellés : Georges Brassens |
posted by Alfil @ 7:00 PM |
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